Tomado de "Cultores del Municipio Junín 2009" , material perteneciente a Jesús Acevedo, Cronista del Municipio Junín, Táchira, Venezuela
   
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  Bruguera Ortiz, José Natalio
 
Escultor. Nace el 17 de diciembre de 1913. Su hogar humilde: Municipio Tinaquillo, Distrito Falcón, Estado Cojedes. Sus padres: Medardo Rafael Bruguera, alto como la moral de su hijo, de 2,15 de estatura, español, vasco, bohemio y nómada. Su madre, María Gabriela Ortiz, criolla de Carabobo. El hogar lo formaba su madre, su hermana mayor Josefina y era producto de los esfuerzos, sacrificios y desvelos de la mujer que lo trajo al mundo. El niño vive sus primeros años en Tinaquillo, donde es bautizado, luego se trasladan en 1917 a San Carlos, van en busca de mejores horizontes y en compañía de su padrino y cuñado Galo Escobar. Recibe en el hogar su primera instrucción, ejemplos y letras, va al Colegio “San Carlos”, tiempos de la pizarra de piedra y no se escribía con tiza, el niño construye sus propios juguetes y realiza sus normales travesuras de la edad. Guarda sus cosas en un baúl, comienza a fabricar y vender juguetes infantiles, desea ayudar a los gastos del hogar, era la época dura, de castigos corporales: Reprendían y reprimían la creatividad, pero José Natalio, corrió con una gran suerte, su propio carácter y su manera de ser, lo hacían ejemplar, diferente. El niño posiblemente en San Carlos, ya confirmado, continúa sus estudios, ahora es Monagillo, madura rápido las necesidades de la familia crecen, aumenta, se entrega a su creatividad; el pueblo mismo se da cuenta pronto de las bellezas que hace con sus manos, de la perfección que poseía, el hábito del trabajo y la inventiva lo desarrolla, las habilidades las multiplica, sus destrezas son innatas, sus aptitudes de manualista y artista están a la vista de todos. Se convierte en el niño-hombre, no termina el período de la niñez, ni su propia primaria, ni conoce al padre que lo engendró, ese enigma, frustra, enferma y desespera a muchos, Bruguera, en su intimidad quizá lo había superado. La escuela de la vida, sus dotes naturales, sus mismos trabajos a tan corta edad, hacen correr la voz y gente de la región y del gobierno ya lo saben. Con once años y tres meses a lo sumo de edad, siendo un muchacho, casi un niño, época en que el doctor Guillermo Barreto Méndez, se encarga de la Presidencia de Cojedes, decreta una cantidad de obras públicas, llama al joven Bruguera y le encomienda la responsabilidad inmensa de: DECORACIÓN, ORNAMENTACIÓN DEL PALACIO PRESIDENCIA DE GOBIERNO; DE LA CATEDRAL DE LA INMACULADA CONCEPCIÓN y otros. Inspirado en su trabajo, creador artístico; hondamente sensible y creyente. En el estado Cojedes, logra sus primeros éxitos: Talla madera, hace esculturas, pinta al óleo, dibuja, decora, ornamenta; la plástica la domina, se prepara, sigue estudios en la escuela Nacional de Varones. Quiere ser Sacerdote, es un muchacho, usa pantalones cortos y por admirar la belleza como artista, no pudo ser soldado de Cristo, por una falsa apreciación de un Sacerdote mayor, lleno de conservatismo, de falso moralismo, de soberbia y vanidad; que tenía en sus manos; la manera de decidir sobre el futuro de hombres. Esa mentalidad cruel, reaccionaria, medioeval, victoriana; frustra las ilusiones del joven Bruguera. Decora residencias de ilustres familias locales. Su fama se ha extendido, ahora adolescente: en obras públicas, en los cementerios de los pueblos; diseñando. Es el manualista, el artista. El pintor, el escultor, el artesano capaz; con su taller ambulante, con sus materiales, sus instrumentos de trabajo y siempre, su mal salario, su poco sueldo, afirma-ríamos: José Natalio Bruguera, no sabía cobrar, nunca en toda su vida, supo cobrar bien lo que hacía. Incansable, al lado de su madre, de su familia, de su pueblo. Bruguera, llevaba en sus venas al maestro y fue motivado por la Educación. Reunía todas las condiciones: paciencia, capacidad, comprensión, sensibilidad, charlaba con su comunidad, orientaba, desea enseñar, alfabetizar, instruir, tiene ya alguna experiencia en trabajos colectivos, sabe y conoce su trabajo. Lo envían por los campos, va con su taller, “hace de todo”, tiene formación rural por charlas de la Misión Cubana, el país para la época, requería de sus vastos conocimientos. Prácticamente ahora es el Maestro Rural y ayuda a sus campesinos de siempre. En San Carlos por su parte, en su vida privada, ya se había enamorado de una joven señorita: Eugenia Marvés Rivas y se casa en 1936, allí forma y levanta su primera familia: 8 hijos tendría el hogar: Bruguera-Marvés: José, Gloria, Carmen, Nelson, Magali, Freddy, Medardo y Eugenio. En San Carlos, Cojedes, es el maestro rural, el hijo amado, el esposo fiel, el padre ejemplar, ahora recibe otra satisfacción: Maestro Jefe de la II Misión Rural Ambulante, actúa en Cojedes y tiene su hogar en San Carlos, en la Calle Salias Nº 52. El manualista, el misionero rural en aldeas y caseríos ganando amistades y sembrando conciencia y enseñando. El presidente Eleazar López Contreras, funda el 14 de agosto de 1938 la Escuela Normal Rural “El Macaro” al pie del Cerro Guayabita, cerca del famoso Samán de Güere, por la carretera de Turmero a Maracay. En esa espaciosa casa, de altas y recién techedumbres, vieja vaquera de Gómez, vieja hacienda de su propiedad, surge una Educación nueva y libertaria, su misión: Formar maestros rurales: José Natalio Bruguera Ortiz y Luis Beltrán Prieto Figueroa, para orgullo de la PATRIA, son fundadores y pioneros. Allí realiza al mismo tiempo un curso más amplio; MISIONERO RURAL, era necesario conocer técnicas y métodos porque Venezuela tenía mucha necesidad de sus Maestros Rurales, luego ya es Manualista de V Misión Rural Ambulante: Bruguera se desplazaba de varias formas: con una bicicleta, después una moto, por último aprendió a conducir vehículos, pero nunca manejó un carro. Le tocó también a pié, caminando. Siguen sus éxitos profesionales: Es designado Maestro Manualista de la II Misión Rural en el Estado Lara. Tiene apenas menos de 27 años de edad. Por su vocación y capacidad probada, es nombrado: Profesor de Aritmética y de Oficios Rurales en la Escuela Normal Rural “El Macaro”. Ya había sido: Misionero Rural-Maestro Rural, ahora preparará a las generaciones de relevo. Pronto se convierte en el personaje “El Manón”, así saludaba a todas las personas: “Hola, Manón” – Qué tal Manón”. Es cariño y ternura sembrada en el taller de trabajo, en la escuela, en la calle, en la casa, con los suyos, sigue con su sed de aprender: El 21 de septiembre de 1944, en Turmero, rinde examen integra de Educación Primaria Superior y obtiene la calificación definitiva de sobresaliente con 20 puntos, era su primer título oficial: la honra y la vocación innata de haber enseñado a sus semejantes, no le habían dado tiempo de obtener grados en forma sistemática, amén de su necesidad económica de trabajar por el pan nuestro de cada día y para gastos familiares, todo su sueldo mensual en 1944, era de Bs. 640,oo y tenía la responsabilidad de casi dos hogares. Todo el mundo lo conoce, sus trabajos son de primera calidad y no tienen parangón, lo han considerado: El más perfecto y mejor manualista de Venezuela. Formaba a la juventud, asciende a la Cátedra de Oficios e Industrias Rurales, tiene una familia hermosa, cristiana y arraigada a sus principios. Su señora madre muere en 1941, el maestro jamás olvidaría a doña María Gabriela Ortiz. El profesor Bruguera, sigue su vida, su trabajo excelente, al lado de los suyos en la intimidad de su hogar, llega el dolor que lo aleja de su Mácaro: El 30 de mayo de 1951, muere su primera esposa, la señora Eugenia Marvés Rivas de Bruguera, es época de excesivo trabajo: Escuela Práctica de Agricultura y Escuela Normal Rural “El Mácaro”, renuncia a la primera, no hay tiempo para todo, su dolor lo lleva muy adentro, donde los hombres, jamás lo dicen: En su alma, en su espíritu. En la conciencia, en la razón, etc. Por órdenes superiores del Ministerio de Educación Nacional, es nombrado para Barquisimeto, Lara, pero antes de llegar a su destino, ya estaba firmada otra orden: Designado por la Superioridad para Rubio, Táchira, para dar clases en la Escuela normal Experimental “Gervasio Rubio”. Sus hijos se quedan en San Carlos, al lado de su abuela materna, Carmen de Marvés, lo deja, para que se eduquen, se formen, se levanten; envía en forma religiosa todos los meses para su alimento, vestido, recreación, techo y salud, es el cuadro evidente, ejemplar, del hombre responsable, que deja a un pueblo agradecido y a una familia que lo quiere, estima y que deja por las leyes de la naturaleza, a su esposa, en el camposanto de Turmero. Con lágrimas en los ojos, llega el Maestro Bruguera a Rubio, Táchira. Llega a la ciudad de los puentes, al pueblo fundado por Don Gervasio Rubio en 1794. Es el destino de los hombres, las leyes de la naturaleza, llega a la tierra de la espiritual Carmen Haydée Delgado Altuve. Llega a Rubio en septiembre de 1953. Llega José Natalio Bruguera Ortiz, a engrandecerlo, honrarlo, viene a eternizarse. En la Escuela Normal Experimental Rural “Gervasio Rubio”, el maestro organiza su Taller de Artes Manuales, los muchachos llevan la noticia a las casas: Hay en la escuela un Maestro, un Manualista. Un artista. Un artesano. Hace trabajos perfectos. Es un sabio. Cómo enseña. Cómo explica. Qué paciencia tiene, Qué humildad y sencillez de hombre… Todo Rubio llevó la fama y se regó como pólvora. En una de sus creaciones, en el carnaval de 1954, en una carroza, iban por las calles alegrando el pueblo. En esa carroza iba el amor, el destino, la vida que viene: Iban en el desfile, José Natalio Bruguera, disfrazado de “SOLDADO ROMANO” y al frente Carmen Haydée Delgado, Cruzan miradas. Cupido los toca, será la amiga que le faltaba, la compañera de sus días, las cosas inevitables de la existencia. La sombra espiritual. Se conocen, se enamoran. Carmen Haydée, enfermera y maestra. José Natalio, maestro y artista. Se casan: El matrimonio civil se realiza el 30 de diciembre de 1955 y al otro día el eclesiástico, felizmente se cerraba el año 1955 y nacía ahora la familia Bruguera-Delgado. La familia Bruguera-Delgado, se hace acreedora al cariño de Rubio. El profesor iba de vacaciones a ver a su primera familia, poco a poco la señora Carmen Haydée los va conociendo, los va queriendo, derrama sentimientos de amor, cariño y ternura maternal para los hijos de su esposo, para los hermanos de sus hijos. Algunos se vienen y estudian en la Normal “Gervasio Rubio” y continúan preparándose. Rubio se hace famoso por el colorido y la belleza de sus carrozas en los carnavales, por sus ofrendas y coronas originales, los motivos no faltan: Patrióticos, religiosos, educativos. Sigue la fama: profesor de manualidades en el Liceo “Carlos Rangel Lamus” y Manualista sin par. Rubio, ve nacer la nueva familia, la nueva prole: Yhajaira, hoy en 1988, bachiller de artes plásticas y madre de 2 hijos. Eberth, hoy padre de 5 hijos, locutor, publicista, estudiante universitario. Iraima, 1 hijo, licenciada en Educación. En 1962, nació su hijo Gerardo Enrique (con parálisis cerebral congénita). Y en 1964, nació su última hija, Yanira, bachiller mercantil, profesional en estética, belleza y secretaria, ladre de 1 niño… Todos sus hijos. Todos los hermanos Bruguera-Marvés, hoy son profesionales, maestros, normalistas, licenciados, ingenieros, secretarias, siguen la misma senda del padre., por los caminos de la Venezuela irredenta. Hoy en 1988, también sus hijos, los hermanos Bruguera-Delgado, son profesionales y estudiantes. Ahora, en una haz de hermanos, hijos de un solo padre, unidos por la sangre del maestro. Todos se sienten orgullosos de ser hijos del gran valor nacional: José Natalio Bruguera Ortiz. En Rubio, desarrolla el profesor Bruguera una excelente obra, es eficiente, es espíritu de servicio colectivo y social. Colabora en el Primer Cursillo fundamental para samaritanas, se le conoce suficientemente: INTACHABLE CONDUCTA, PLENA HONRADEZ, MAESTRO POR ESCELENCIA. Se ganaba el cariño y el respeto. El gran maestro venezolano, es jubilado en 1965, con fecha 1 de octubre, por su fecunda labor cumplida al servicio de la Educación Rural y Normal del país. Militaba en AD, pero esos hombres estarán por encima de colores políticos, son conciencias colectivas y serán siempre patrimonio, reserva moral y ejemplo de la Venezuela por venir. Nunca aspiró a un cargo político, se entregó al pueblo por entero. Dejó escrito: “PARA EL MAESTRO, LA JUVENTUD NUNCA TERMINA”. Ahora en su casa de habitación, con su taller de Bellas Artes, de Manualidades. Amando a todos los enfermos del mundo, en la persona de su hijo Gerardo. Admirado por sus alumnos, ex alumnos, por sus mismos colegas, por su pueblo, por su propia familia. Es el hombre lleno de virtudes, piadoso, resignado por la enfermedad incurable de su hijo, en su hogar, en su jardín, en su taller, rodeado de hijos, de nietos, de amigos, al lado de sus seres queridos, conversando de la vida con su esposa, expresión de conciencia tranquila. En su hogar, decorando, restaurando imágenes, estatuas, riéndose de buena fe a veces de las llamadas técnicas europeas que alienan al creador y al artista nacional (fotografías, medidas, detalles sofisticados para cumplir el cometido de restaurar, etc.). El profesor Bruguera, modeló, cinceló, dibujó, muchos trabajos los regalaba, los donaba, construyó bustos. Toda Venezuela los exhibe. Construyó y esculpió estatuas, bustos, imágenes, le dio la satisfacción a Rubio, de ser el creador del Escudo del Distrito Junín. Realizó bustos de don Gervasio Rubio, Carlos Rancel Lamus y Leonardo Ruíz Pineda. En 1980, reafirma su hogar cristiano, celebra sus bodas de plata el sacerdote nuevamente bendice la unión conyugal. Sus ex-alumnos lo invitaban a sus actos, su último cumpleaños en vida: 17 de diciembre de 1984, celebró sus 71 años, rodeado del cariño y el amor de su inseparable esposa, sus hijos, sus nietos. Era ya una figura patriarcal venerada por sus familiares, por su excepcionales cualidades, meses antes de morir, supo de una placa de la Escuela Normal Rural “El Macaro”, la placa sacarina lo lleno en su espiritualidad, el viejo maestro recordó su camino transitado por toda Venezuela y vivió como lo afirman los salmos bíblicos: “Los días de nuestra vida son en suma setenta años y los más de ellos son pena y vanidad”, el maestro venezolano, los había vivido intensamente. Los días hogareños, su taller de trabajo, de arte y creatividad, su refugio de espiritualidad y tranquilidad, su alegría de ser útil a sus semejantes, su amor a la naturaleza, a los árboles, a las flores, a su jardín, las que siempre sembraba, cultivaba, contemplaba sus bellas rosas; al lado de los suyos. Con su esposa, sus hijos, en especial con Gerardo, al que le dedicaba mucho tiempo, aún trabajando, haciendo bustos, el mismo 20.03.1985, a casi 6 meses antes de su muerte, trabajando un busto de Simón Bolívar, para Bramón, para la escuela Básica “Luís Belisario Díaz”. Al fin el noble corazón se infarta, el mismo corazón que repartía para todo su pueblo venezolano y dejó un pedazo en todas partes. El lunes 14 de octubre de 1985, con 71 años cumplidos, fallece en Rubio. Su velación fue en su hogar. Los oficios religiosos en la Iglesia Santa Bárbara de Rubio, su sepelio en el cementerio municipal de Rubio… Destacamos la acción de su colega Rufo Pérez Salomón, quien le compuso con hondo sentimiento una marcha fúnebre, tocada a la entrada y salida de sus restos en la Iglesia Santa Bárbara. La obra del profesor José Natalio Bruguera Ortiz, está a la vista de todos. En Rubio, nos cansaríamos de señalar lo que sus manos maravillosa hicieron. Bustos, Estatuas. Retoques de imágenes, Cristos tallados en madera. Sus grandes monumentos los jueves santos en la iglesia de Rubio. Plazas, colegios, escuelas, iglesia, cementerio, casas de familia, etc. En toda Venezuela está regada su obra visible, sus estatuas, sus bustos, sus alumnos que formó por varias generaciones. Murió el profesor Bruguera, el artista, el manualista, el artesano, el hombre humilde, honrado, el hombre no dado a homenajes, el modelista… La placa macarina lo resume todo: HONOR AL MERITO CIUDADANO EJEMPLAR. PIONERO DE LA EDUCACIÓN RURAL VENEZOLANA. ARTISTA POLIFA-CÉTICO, FORJADOR DE JUVENTUDES. Nunca se cansó, dejó a sus discípulos una herramienta de trabajo, fue altruista, patriota, autodidacta, incorruptible, trabajó el mármol, el anime, el alambre, el yeso, la madera, el papel, las flores, los colores, el dibujo, el bronce, etc. Dimensionamos al profesor Bruguera, como valor de la República. Lo proyectamos de la misma forma. (Tomado de: Luís Humberto Caballero. (1988) ¡Venezuela y su Maestro José Natalio Bruguera Ortiz!. Revista Análisis. pp. 2-7)
 
 
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